Se sintió traicionado, el valor de sus sentimientos en entredicho, se había preguntado a si mismo muchas veces cual era el comportamiento adecuado, el era noble con los demás pues así se había educado. Aunque no siempre correcto noble final. Se preguntaba aún cuanto de real hallaba en los ojos de sus amigos. La confianza es algo que se debe ganar se decía, pero también le sana saber que por una puerta ahora cerrada ya no debían entrar problemas.
No era la primera vez que confianza se moría, en esa cabeza había muerto varias veces en el último año, curiosamente nunca tan seguidamente. Quizá el problema era suyo. Que desastre, otra vez, se decía.
Al principio se lamentaba, no sabe si luego de un tiempo se acabará acostumbrando y tal vez de cerrar puertas y de los demás verlas cerradas le crean dentro de casa y se haya ido sin avisar.
«Suprime la opinión y suprimirás el «se me ha herido». Suprime el «se me ha herido» y suprimirás la herida». (IV ,7)
Marco Aurelio